ATADA


Sentirme atada, que sensación tan particular, tan fuertemente tenebrosa y a la vez excitante, no hay otra cosa tan difícil de digerir para mi que esa sensación, aun hoy tiene una connotación misteriosa, provoca en mi tantos sentimientos, sensaciones, reacciones tan complejas, tan contrastantes que a veces siento y temo que algun día gritaré la palabra de seguridad en medio de ello, se constituye el área más delicada durante una sesión y bien que lo se.

Estaba desnuda en la cama al dominio total de mi Amo, lo único que me cubría eran unas medias veladas hasta las rodillas, ordenó que me quedara muy quieta, vendó mis ojos y sentí como ataba sin vacilación mis manos y pies, sentirme así era angustiante, sentía como mi corazón latía sin freno y a la misma vez excitante sentir el roce de la atadura sobre la piel, es una sensación vertiginosa que no puedo explicar.
Algo malo es que en muchas ocasiones no suelo expresar externamente mi calvario interno, parece que no pasará nada, pero miles de sensaciones y sentimientos se agolpan como aguijones bajo mi piel.
No podía ver nada, sólo escuchar , mientras mi Amo ataba mis manos pude sertir la calidez de su respiración en mi rostro, pero ahora no podía sentir nada, lo escuchaba moverse lentamente caminando hacia la puerta, hasta que sentí como salía de la habitación, se cerró la puerta detrás de EL y sentí morir, ¿cómo pudo hacerlo? dejarme así! indefensa!, quise correr, intenté mover mis piernas y me encontré con la firme inmovilización de mi atadura, quise gritar, quise llorar, sentí como se agitaba mi respiración, era tan agobiante, sentí como se estremecían mis músculos, es como un caer y subir, miedo! excitación!, en ese momento se desataba una lucha de proporciones titánicas dentro de mi, el miedo y el placer chocaban entre si, quizás lo que me causa placer es sentirme guerrera luchadora contra mi propio temor, sentí perder la cordura, era como estar al borde de un abismo, parecía que mis miedos y demonios internos me tenían a su merced, recuerdos horribles de sentirme impotente llegaban como oleadas a mi memoria, a la vez mi determinación por vencer, por controlarme, por ser digna de ser su sumisa, de tolerar y soportar la dominación de mi señor.
Luego escuché un sonido, regresó!!!, mi salvador, quise tirarme como niña pequeña en sus brazos, experimenté una sensación indescriptible de tranquilidad al saberlo allí! al saberlo cerca, sólo demoró fuera unos pocos minutos pero parecieron horas.

luego me dijo que nunca se había ido, se quedó en la habitación esos minutos que parecían sempitermos, observándome, vigilándome de manera sigilosa, pero aun hoy se que nunca podré estar segura si se quedará allí o se irá de la habitación cualquier día que sesionemos, de lo que sí estoy segura es que para mí seguirá siendo un misterio como el ser atada me genera tanto desenfreno.
Para mi Amo siempre estaré dispuesta a soportar todas las pruebas por EL impuestas.


didi{JD}

domingo, 6 de septiembre de 2009

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