LA SUMISA DEL REY


No soy la princesa que escapó de la torre, soy la sumisa del Rey!
No me alimento de hidromiel si no del néctar de mi Señor o su "líquido sagrado" como mi Señor tiene a bien llamarlo.
No vivo en la torre del castillo sino en las mazmorras.
No me persiguen dragones ni monstruos, me persiguen cadenas y amarres, soy la sumisa de un Rey experto en las artes oscuras de la tortura quien compró mi voluntad con su dominio, soy presa por decisión propia.
Soy la puta sumisa que El Rey usa de noche y de madrugada sin permiso previo ni avisos.
No llevo coronas ni tiaras sobre mi cabeza pero si un collar de esclava en mi cuello como el signo de la posesión de mi dueño, soy su juguete, la pervertida muñeca que se estremece ante su presencia, llevo los pezones hinchados y dolorosos, atravesados por una barra de frio acero, las esferas metálicas a cada lado muerden mi piel; mi Señor lamió mis pezones con delectación como quien lacta oleadas de placer, succionó de ellos lujuria hasta la última gota; a cada momento me estremezco recordándolo, es entonces cuando recorro mi piel suavemente y me sorprendo al darme cuenta que encuentro zonas de dolor pero a la vez de placer, es difícil diferenciarlas.
Mi corazón late tan fuerte recordando el calor de su piel y su dureza dentro de mí.
Estoy atada en la oscura mazmorra y sólo pienso en mi dueño, en el Rey de este castillo de perversión.
didi{JD}
fotografía de Joseph W. Carey

viernes, 11 de octubre de 2013

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