PENETRADA HASTA EL ALMA



Recordar estar bajo el dominio de mi Señor.

Atada de manos, nuestros cuerpos estremeciéndose, penetrada por todos los lugares donde es posible estarlo, el cálido peso de su cuerpo en mi espalda, caderas que se balancean con sincronizada lascivia, muslos que entre sí se resbalan húmedos de sudor y pasión.

Loca de placer, siento estremecerme por la penetración, tres sensaciones al mismo tiempo, una bala vibratoria salta dentro de mi vagina, la otra en mi clítoris y mi Amo me penetra fuertemente, bueno... queda claro por donde lo hace, lo siento allí como fuego licencioso dentro de mí, disfruto de su aliento disoluto en mi oído, siento su corazón latir en mi espalda como golpes de tambor.

Nuestro placer se transforma en sonidos jadeantes que se elevan al unísono, dos cuerpos convertidos en uno solo, aumentando su conjugada temperatura en un vapor infernal que emana desde nosotros hacia la fría habitación.

Minuto a minuto esta danza sicalíptica se torna cada vez más intensa, soy su sumisa convertida por mi Amo en su potra a quien cabalga libidinosamente, juntos nos perdemos en este galopar salvaje.

Todo este espectáculo evoluciona en un canto lúbrico que llega a su punto culminante con un orgasmo explotando con un grito en mi garganta que mi Amo logra apagar magistralmente colocando su mano sobre mi boca para evitar que el apasionado sonido provoque el sobresalto de los seres que fuera de la habitación vagan exhibiendo su penosa terrenalidad ajenos a nuestro desencarnado deleite.

gracias mi Señor por penetrar mi cuerpo, alma y corazón.

sólo suya, didi{JD}

miércoles, 2 de diciembre de 2009

1 Comment:

Rebecca said...

me ha encantado, es exactamente ásí como más me gusta el sexo, enhorabuena por tu excitante y apasionante relato!